E-books, opción de lectura
Tecno-industria
Si Ana Fernández, mejor conocida como “La señora de los sueños”, hubiera conocido los Ebooks o libros electrónicos, posiblemente no se escondería de su familia.
Así como la protagonista de la novela de Sara Sefchovich, (Ed. Punto de lectura, 1994), visitó las dunas del medio oriente, convivió con Fidel Castro y habitó en los barrios bajos de Nueva York. Con el Ebook sus viajes se extenderían, y sus sueños jamás se agotarían.
¿Qué es el Ebook o libro electrónico?
En términos sencillos, el libro electrónico es un archivo en el cual se integran los textos, fotografías y gráficos que forman un libro normal, con la posibilidad de sumar elementos multimedia o interactivos. ¿La diferencia? No está impreso en un papel y contrario a éste, el Ebook puede ser disfrutado en la comodidad de su computadora o dispositivos de mano.
En sus inicios, el Ebook contaba con una características, la cual no compartían del todo las grandes firmas editoriales. La posibilidad de copiar y distribuir el libro electrónico libremente.
Sin embargo, y a partir de la creación de la Normativa Open eBook (www.openebook.com ), impulsada por el Open eBooK Forum en 1999, se homologaron los formatos de distribución de Ebooks, y en la actualidad, dos grandes compañías, Adobe y Microsoft, se disputan el pastel de lectores del mercado editorial digital.
¿Qué se necesita para leer un Ebook?
Aunque algunos autores hacen referencia del Ebook como el dispositivo que permite la lectura del libro, para efectos prácticos también lo usaremos para definir al archivo que compone al libro.
Para empezar, necesitamos el programa lector. Adobe, quien anteriormente contaba con su propia versión, decidió fusionarla con el ya conocido Acrobat Reader versión 6 y se puede descargar en: (https://www.adobe.com/products/ebookreader/register.html)
Si usted es seguidor de los productos diseñados en Redmond, Microsoft Reader es su elección: (https://www.microsoft.com/reader/default.asp).
Hay que destacar que en ambos casos, existen versiones, tanto para equipos de escritorio, como para portátiles o Pocket PC. Para este tipo de dispositivos, existen el Palm Reader (www.peanutpress.com), para Palm, o Isilo (www.isilo.com), para Palm o Pocket PC.
¿De dónde bajo o compro los Ebooks?
Una vez instalado el programa lector, podemos visitar algunos sitios donde gratuitamente nos ofrecen algunos textos listos para guardar en nuestra máquina.
Para empezar podemos sugerirle consultar el sitio del Proyecto Gutemberg (www.gutenberg.net.), proyecto encabezado por Michael Hart, el cual tiene como propósito colocar en línea a la mayor parte de la literatura universal. Para mediados del 2002, ellos reportan haber digitalizado alrededor de 5 mil libros.
Otras opciones podemos encontrarlas dentro del sitio Ciberhabitat (https://www.ciberhabitat.gob.mx/biblioteca/textos/texto_le.htm), página desarrollada por el Instituto de Geografía, Estadística e Informática (INEGI).
TodoEbook, (https://www.todoebook.com) es una librería en línea similar a Amamzon, pero tiene a su disposición algunos títulos para su descarga gratuita. Si lo que desea es la adquisición de un libro en forma, estos sitios le mostraran su catalogo de existencias.
Ventajas y desventajas
Entre las ventajas del Ebook, podemos señalar su posibilidad de buscar textos en todo el libro, marcar páginas, agregar comentarios o subrayar partes del mismo. Ajustar el tipo de letra a un tamaño más cómodo, almacenar una gran cantidad de títulos o eliminar textos que no sean de nuestro agrado.
Para las editoriales existe una disminución de costos en la impresión de los títulos, mayor cobertura en la distribución, eliminación de gastos por almacenaje y el riesgo de excedentes.
Los autores tienen mayor acceso a las editoriales digitales, ya que éstas no están fuertemente sujetas al análisis comercial. Tienen garantizados sus derechos de autor y la posibilidad de copia ilegal es mínima.
Entre las desventajas citamos el no poder copiar ni imprimir el archivo, y poca oferta de títulos. Y desde luego, la sensación de no poder hojear, ni oler directamente el libro.