Usar Internet como medio para ofrecer a la venta bienes y servicios entre particulares, ofrece múltiples ventajas y beneficios.
Sin embargo, para los delincuentes, el intentar hacerse pasar por el dueño de un vehículo que no es de su propiedad, representa un riesgo para un posible comprador.
Según reporta la Asociación de Internautas en España, el también llamado “phishing car” es una práctica que comienza a poner en riesgo la confianza de vendedores y compradores en línea.
El estafador busca en los sitios de anuncios oportunos algún auto atractivo, contacta al vendedor y para verificar que éste sea el dueño original le solicita copia de la documentación del vehículo más la identificación del propietario.
El vendedor confiado, manda escaneado los papeles requeridos vía correo electrónico. Conseguida la documentación, el presunto comprador “desaparece” simulando no tener más interés por el coche.
El siguiente paso es colocar el anuncio de venta de ese vehículo en otro sitio, pero ofreciéndolo a un precio por mucho inferior. Tiene la información necesaria para la carnada perfecta y se siente confiado ante un posible comprador. Si le solicitan la documentación del vehículo, puede presentarla sin mayor problema.
Si fatídicamente alguien muerde el anzuelo, el supuesto vendedor le pedirá a su “cliente” completar la operación a través de un intermediario (también falso para completar el plan) y hacer el pago mediante entidades como Western Union.
Cuando el comprador se da cuenta del fraude es demasiado tarde y lo peor es que el dueño original se encuentra comprometido en una operación que nunca realizó.
Aunque en México persiste la costumbre de efectuar una operación cara a cara, no está de más tener presente este tipo de situaciones, más si se utilizan sitios de avisos oportunos.
Ver nota: ¿Qué puedo hacer si un estafador ha puesto a la venta mi coche en Internet?